Aforismos de Carlos Monsiváis para entender mejor la experiencia de ser mexicano

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Lástima que cada gobierno tarde seis años en enterarse de lo que pasó en su sexenio.
Sin la Chingada, las conversaciones se oyen falsamente nacionalistas.
El signo de la normalidad es la pobreza.
Todo cambia, todo se transforma: todo sigue igual.
¿Por qué me sucede todo esto? Porque soy mexicano. ¿Y cómo me entero de que soy mexicano? Porque me sucede todo esto.
Donde había un miserable ahora hay una colonia.
No se puede entender México si no se comprende por qué llora en silencio la actriz Sara García.
Las grandes frases nunca se irán mientras haya autoridades que las necesiten.
La densidad de los estereotipos es la facilidad de los comentaristas.
La realidad del mito es la irrealidad del país.
Babel fracasó no por la intención sino por la falta de fondos.
Vivir, eso se dijo desde los susodichos prehispánicos, es irse erigiendo monumentos.
La Alameda, un Arca de Noé muralista que conjunta todos los símbolos de México.
Como todos creemos en las décadas, al pasado no le queda más remedio que dividirse en diez.
Desde que empezó la masificación, ya queda muy poco con un verdadero sabor popular.
Los espacios vacíos molestan: son ratificación de la pobreza.
Peinarse es sentir que alguien te necesita y piensa en ti.
La ropa ajusta, no pregona: insiste; no insinúa: informa.
He observado que hay cuerpos que influyen más que otros en la respuesta de la masa.
La soledad es el mayor fracaso, el infierno es la ausencia de los demás.
Hay más cosas bajo el cielo y la tierra que las que sueña el Registro Civil.
Una cola es la distancia más corta entre la paciencia y la disolución del Yo.
Las minorías también tienen demasiados habitantes.
Cada quien es único, pero las maneras de ser único se parecen demasiado entre sí.
En México las inauguraciones son acto de fe en el artista, no en el arte.
Lo importante de tener dinero es que la gente lo sepa.
Soy optimista porque creo en mi mala suerte.
El resentimiento social por su casa empieza.
El Pueblo es la mirada colectiva sobre un aparato de televisión.
No es que uno sea inmaduro: lo que pasa es que siempre ha vivido en la misma calle.
A un país se le gobierna desde los ritos.
¡Quién tuviera un cuerpo para la vida cotidiana y otro, más flexible y elástico, sólo para el Metro!
El Metro es la imagen del mundo felizmente suspendido entre la estación Génesis y la estación Apocalipsis.
 
Aforismos de Carlos Monsiváis del libro “Autoayúdate que Dios te ayudará”.

Carlos Monsiváis (1938-2010).
Cronista, escritor y ensayista mexicano. Autor de Apocalipstick, La cultura mexicana en el siglo XX, Los rituales del caos y Amor perdido, entre otros.



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