Que no importa la filiación política o de partido que se practique: hay que saber pensar por uno mismo y exigir justicia.

Que los políticos son sirvientes de la cosa pública y no deben ni pueden vivir mejor que nosotros, sus empleadores.

Que el dilema central de los ciudadanos hoy en día es cómo romper la dependencia con los partidos políticos para procurarnos bienestar.

Que la indefensión ciudadana y la ausencia de seguridad ponen en entredicho la fortaleza del Estado.

Que el entretenimiento como negocio de monopolios atenta y debilita la libertad para practicar la reflexión y la crítica de nuestro entorno.

Que las instituciones deben regular a los emporios del poder económico y financiero para evitar el abuso y su oposición al bien social.

En fin, como escribió Sebald… que cuando más hablamos de patria es que ésta ha dejado de existir.

Acá les dejamos este video de la presentación de su novela en la FIL en D.F.