Por una sociedad basada en la justicia social, hoy se celebra el Día Internacional de la Lucha Campesina

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Nuestra lucha es por la soberanía de nuestro pueblo y la solidaridad con el resto de los pueblos; por una sociedad basada en la justicia social; por la dignidad de los y las que trabajan en las zonas rurales; y por continuar alimentando almundo con alimentos saludables.”
Organización AGORA País Llionés

El 17 de abril es el Día Internacional de la Lucha Campesina, fecha que conmemora el trágico asesinato de 19 campesinos del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, MST de Brasil, que reclamaban su acceso a la tierra y a la justicia un día como hoy del año 1996 en Eldorado dos Carajás, en Pará, Brasil. Crimen que sigue impune hasta el día de hoy.

Aquel día, mientras ocurría la masacre, La Vía Campesina, el movimiento de organizaciones de campesinos, pequeños agricultores, trabajadores del campo y comunidades indígenas de todas las regiones del mundo, celebraba su Segunda Conferencia Internacional en Tlaxcala, México.

En septiembre de 1995, unas 3.500 familias de trabajadores rurales, organizadas por el MST, formaron un campamento cerca de la Hacienda Macaxeira, alegando la expropiación de esta área, considerada improductiva. El 5 de marzo de 1996, las familias acampadas en la carretera PA-275 decidieron ocupar la hacienda, iniciando nuevas negociaciones con INCRA, (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) que había considerado el área productiva. Sin Tierra, sin embargo, denunció que el informe se obtuvo mediante soborno con el superintendente de la agencia federal del estado de Pará. El 16 de abril, los trabajadores decidieron bloquear la carretera PA-150 en el km 95, cerca de la ciudad de Eldorado dos Carajás, exigiendo comida y autobuses para continuar la marcha. Se abrieron nuevas negociaciones prometiéndoles lo solicitado. El 17 de abril por la mañana, se informó que las negociaciones fueron canceladas. Los trabajadores volvieron a bloquear el camino, a la altura de la llamada curva S. Alrededor de las 4 pm, los trabajadores rurales estaban literalmente rodeados: En total, 155 policías participaron en la acción, quienes llegaron arrojando bombas lacrimógenas. Los soldados no tenían identificación en el uniforme y sus armas y municiones no se anotaron en los registros que prueban quién estaba en la escena. El resultado: 19 trabajadores rurales murieron, con 37 heridas de bala y 56 resultaron heridos/ mutilados. Otros dos murieron días después. Según el forense, hubo disparos en la parte posterior de la cabeza y la frente, lo que indica el asesinato premeditado de 7 víctimas.

Tragedias como esta tienen su origen a las políticas neoliberales que el sector agropecuario implementó en América Latina desde la década del 90.

“Estas políticas fueron las que consolidaron y acentuaron la concentración en manos de terratenientes y capitalistas agrarios de los recursos productivos fundamentales: la tierra, el trabajo y el capital”, así lo expresó un informe de 2005 sobre el tema.

Las características de estas políticas neoliberales evidencian en la expansión de la frontera agraria y la expulsión de campesinos; en las inversiones en el sector agro por parte de capitales industriales y financieros; en la organización de la producción en base a grandes superficies y bajo un criterio capitalista y de corto plazo; así como también en el acceso a tecnología de punta en cuanto a maquinaria, agroquímicos y semillas transgénicas (modificadas genéticamente).

Estas políticas intentaron reimpulsar en el continente latinoamericano la producción agraria, pero provocaron un ambiente injusto entre el campesinado y los grandes capitales. Esto último fue lo que propició el sostenimiento de formas organizativas campesinas compuestas por pequeños productores familiares amenazados constantemente en sus posibilidades de permanencia económica y social ante las nuevas políticas económicas.

El movimiento internacional La Via Campesina (LVC), que en la actualidad tiene agrupadas 181 organizaciones de 81 países, continua denunciando su oposición a la expropiación de tierras a campesinos y campesinas por parte de Estados y grandes empresas transnacionales, y el comercio de la naturaleza y de los bienes comunes que está provocando el desalojo de comunidades enteras en África, Ásia y América Latina.

Del mismo modo LVC denuncia un sistema alimentario que está siendo ocupado progresivamente por el capital transnacional, expulsando a la agricultura familiar campesina y afectando así gravemente el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria de los pueblos.

viacampesina.org/



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