“Here comes the cowboy: el oasis de un vaquero que no quiere serlo” Por Carlos González @carlosgvi
“Hacer música y morir algún día”. Mac DeMarco.
Por Carlos González
De Mac DeMarco he aprendido que la incredulidad es la primer cobija de la inteligencia. Me es imposible no atribuirle la frase de Sócrates, “yo sólo sé que no sé nada”, sentencia que a lo largo de la historia nos ha enseñado la virtud de conocerse a sí mismo y no por los demás. Sólo así puedo contemplar el espacio de preferencia que se ha ganado en un terreno artístico donde la sabiduría parece serlo todo, siendo DeMarco un extraño sobre el escenario que baila, bebe, fuma y juega, pero que se sabe auténtico, como todo un Cowboy. Sólo así nos podremos identificar con su último disco.
Here comes the cowboy es el título del más reciente álbum de Mac DeMarco, mismo que ha sido tachado de sencillo o con falta de sorpresas. A lo largo de 14 canciones, la incredulidad de la que hago mención en un principio se vuelve un sonido de paz que puede leerse entre líneas, como es el caso de la canción homónima con la que abre el disco. Iniciar con una repetitiva melodía sin letra ni forma, presupone un acto de soberbia que de a poco sabremos entender más bien como una filosofía: “dejar de preocuparnos tanto”. Es así que Preocuppied suena como una caída libre que tiene aromas de hogar; una canción que suena como el momento en el que llegamos a casa después de un día de trabajo. Claro está, hemos llegado a una primera respuesta: Mac DeMarco está cansado. ¿Quién no lo ha estado? Pero ¿agotado de qué o quiénes?
Finally Alone justifica lo agotador que resultan las decisiones de la vida y el estar rodeado de personas. La melodía goza de libertad, misma que nos invita a tomar un viaje y desaparecer del resto por un instante.
K es una canción que descansa en el encuentro de dos personas. Descansa porque las relaciones de la vida agotan cuando no corresponden; otras más te derrotan. Se trata de una cita personal e introspectiva, y desde luego un honesto abrazo de Mac hacia su novia, Kiera McNally.
Finalmente, la serena heart to heart nos reconforta con el recuerdo del que cada uno de nosotros guarda y pocas veces comparte. En definitiva, como una especie de duelo que también agota. Así nació esta canción que el propio artista defiende como un homenaje a su amigo Mac Miller, quien falleciera en septiembre del 2018. Así mismo, Skyless Moon es una canción que no estaba pensada en el álbum pero que en algún momento sonó en los oídos de Miller mientras un silencio presenciaba un acto de complicidad, recuerda Mac DeMarco en una entrevista; “Dios lo bendiga”, agrega.
La otra parte del disco engloba lo que parece un juego a propósito, con canciones como hey cowgirl y choo choo. Un juego que no discrimina un tono funk y repetitivo por un lado y la compañía de una voz suave, por el otro. ¿Queremos una vida tranquila o una llena de aventuras? Sin duda, son preguntas que establecen la ambigüedad de un disco que cierra con on the square y all of our yesterdays. Ambas piezas nos recuerdan demasiado al salad days, su segundo álbum. Dicho lo anterior, parece ser que aquel joven canadiense del 2012, solitario, es quien cierra así un catálogo meloso de 6 producciones más que un disco en específico.
¿Estamos ante un disco aburrido?,¿Monótono?, ¿Western? Bueno, se advirtió en un principio que a Mac DeMarco no le importa puesto que no sabe nada ni le interesa hacerlo. Sentado en su sofá, fumando un puro como en Nobody o abrazando a su novia, la honestidad del disco, por un lado, continúa sin buscar a nadie y a su vez afecta como una droga silenciosa. Provoca sin querer y en una ausencia de metáforas logra que lo sencillo siga siendo lo más atractivo. El cantautor logra así un atrevido desprendimiento de sus anteriores discos, sobretodo con This Old Dog, donde comparte experiencias que ahondan en el abandono y la aflicción con su padre.
Dicho de otro modo, la sensibilidad prevale más no la preocupación de encontrar una identidad musical. Así es Mac DeMarco. Irreverente, consciente de sus batallas sin ser dueño de verdades absolutas ni fórmulas secretas.
“Solo quiero hacer música, esconderme en mi pequeño garaje y morir algún día. La gente puede hacer lo que quiera, decir lo que quiera, pero es lo que voy a hacer. Así será”, repara ansioso el músico. No se equivoca, es más, advierte la llegada del cowboy con una figura hedonista más que suicida.
En un 2019 donde las ideologías cambian constantemente, parece éste un disco importante como camino de inspiración en medio de un bombardeo de propuestas, estilos y lenguajes, de los cuáles también debemos descansar.
Mac DeMarco regresa a México, dando una presentación en el marco del Festival Catrina el próximo sábado 7 de diciembre, en Puebla.