Karate, surf, béisbol, escalada y skate-board serán olímpicos en 2020, aprobó el Comité Olímpico Internacional
Karate, surf, béisbol, escalada y skate-board serán olímpicos en 2020
Los voluntarios ya estudian sus posiciones en Maracaná, la Garota de Ipanema suena en ensayos en el estadio y, mientras en el centro de Río se preparan para la ceremonia de inauguración de este viernes, a las afueras de la ciudad el Comité Olímpico Internacional [COI] mira al futuro: estos serán los últimos Juegos tal y como los conocemos. La Asamblea General del organismo que se celebra en el hotel Windsor Oceánico debe ratificar el miércoles los últimos puntos de la llamada Agenda 2020, una serie de medidas impulsadas por el presidente Thomas Bach en 2013, y, con ello, el evento se olvidará de las ruinas de Olimpia y se precipitará en búsqueda de los jóvenes. Con la «adaptación a los tiempos» como argumento, hace dos años ya anuló el límite de 28 deportes por edición (hasta 2000 eran 26) y ahora planea una expansión que podría alcanzar incluso, según miembros del organismo, los llamados e-Sports, los videojuegos.
De entrada, si no hay sorpresa (el Comité Ejecutivo del ente ya lo aprobó por unanimidad hace varios meses), en la medianoche del miércoles al jueves se hará oficial la inclusión desde Tokio de cinco nuevas disciplinas, cuatro de ellas inéditas: el karate, el skateboard, el surf, la escalada y el béisbol/sóftbol (que fue fijo de Barcelona 1992 a Pekín 2008). El acto se prepara como una celebración, con varias de las estrellas de estas modalidades presentes en Brasil, aunque se reconoce que en reuniones posteriores deberán plantearse los recortes. El máximo de 310 eventos y 10.500 atletas por edición, ya alcanzado en la cita brasileña, obligará al COI a expulsar o reducir los competidores de deportes clásicos cuestionados como la lucha o el pentatlón e incluso a actuar en las modalidades hasta ahora intocables. Tanto el atletismo como la natación, que en las próximas semanas repartirán 47 y 34 medallas respectivamente, podrían ver modificada su importancia.
Karate: “Una bendición… que llega tarde”
Por la apertura del país al extranjero; por las películas de Bruce Lee; por la llegada de maestros japoneses y coreanos (los primeros, a Madrid; los segundos, a Barcelona); por el crecimiento de los gimnasios de judo… en 1970, España no tenía ni estructura ni competiciones de karate; en 1980, organizaba un Mundial en Madrid y ganaba tres oros, una plata y cinco bronces. En sólo una década, de ausencia a potencia. Una explosión que mantuvo su fuerza hasta mediados de los años 90 y que, sostenida en los últimos tiempos con mayores problemas, explica las esperanzas que se abren ahora. Mientras en los otros cuatros deportes que el Comité Olímpico Internacional (COI) debe incorporar a los Juegos (skateboard, surf, escalada y béisbol/sóftbol) el medallero nacional apenas espera alegrías, en el arte marcial del único impacto (ése es su principal objetivo) las posibilidades son notables.
Pese a estar muy lejos del foco mediático, tiene 65.319 practicantesdivididos en 1.422 clubes, más que la natación, la vela o la gimnasia, y su selección es numerosa. En el último Mundial contó con 21 representantes en sus dos modalidades y ganó un oro por equipos y cuatro bronces individuales, aunque… «Es verdad que la inclusión olímpica llega un poco tarde. Hace 15 o 20 años sacábamos un montón de medallas y ahora seguimos entre la elite, pero lo tenemos más difícil. Tendremos que ponernos las pilas», apunta a EL MUNDO Iván Leal que fue uno de los últimos de una tradición.
Desde 1980 hasta 2006, con Ricardo Abad, José González, Luis Maria Sanz, Jesús Juan Rubio, José Manuel Egea, David Luque, él, David Santana y César Castaño, España casi siempre tuvo un campeón del mundo individual; desde entonces ninguno, una década de sequía. «La competencia ha aumentado mucho. Antes nos jugábamos las medallas con tres o cuatro países, sobre todo con Japón o Gran Bretaña, y ahora aparecen rivales magníficos de todo el mundo: Turquía, Georgia, Irán, Egipto…», analiza Ángel Arenas, seleccionador nacional, que recuerda, con justicia, que, pese a ello, sus pupilos dominaron la clasificación por países en la última competición. Uno de los máximos responsables, Damián Quintero, hoy líder del ránking mundial, referente de la actual generación junto a Francisco José Salazar (duodécimo de la lista), también lo reivindica: «Si el karate hubiera sido olímpico hace tiempo, ahora seríamos uno de los deportes más laureados, pero igualmente llegamos bien.Siempre estamos entre los aspirantes. Lo importante es mantener la motivación: yo en Tokio tendré 35 años y, pese a ello, no tengo dudas, pienso ir a por el oro».
Su confianza es alentadora, más cuando estuvo a punto de no ser olímpico. El karate cuenta con dos modalidades, el kumite (el combate) y la kata (la exhibición con jurado de una serie de movimientos) y durante su proceso de entrada a los Juegos, el deporte casi renuncia a la suya, la segunda. La dificultad que puede encontrar el público para entender la puntuación es un obstáculo para el espectáculo (y las audiencias, y las ganancias…) y, por eso, no se descartan algunos cambios en la normativa. «Pase lo que pase, será una bendición. Hasta hace muy poco esto no me daba para vivir. Suerte que me fichó un club de Dubai y empezaron a costearme la mitad de los viajes. Los otros aún me los tengo que pagar yo. Antes debía trabajar a jornada completa, era ingeniero de cálculos, de estructuras aeronáuticas, en la empresa Atos, y ahora estoy de excedencia», comenta Quintero, ya a las puertas de las becas ADO: podrá entrar el año próximo si consigue alguna medalla en el Europeo de mayo. Semejante privilegio nunca estuvo al alcance de los campeones de generaciones anteriores, entre ellos Leal, que fantasea con la vida que hubiera vivido como olímpico: «Gané seis oros en Mundiales y nueve en Europeos. Imagínate si a ese palmarés le sumas una medalla en los Juegos… Hubiera tenido más ayudas públicas y algunos patrocinadores. Igualmente me fueron las cosas bien: durante mi carrera trabajaba dando clases y al final fundé mi propio club».
Surf: Será en mar abierto; difícil para España
Si finalmente el surf se convierte en deporte olímpico habrá que ver en qué condiciones lo hace, pues en los últimos meses fue materia de múltiples rumores: se habló de encerrar sus competiciones en Tokio en una piscina con olas, de permitir la organización también de eventos de paddle surf… Finalmente parece que será a mar abierto y sólo en su modalidad de tabla corta(con jueces puntuando la ejecución de cada ola), aunque difícilmente con una notable participación de españoles. «Tenemos mucho trabajo por delante, necesitamos recursos para que nuestros deportistas viajen todo lo que necesiten… Será complicado, pero eso no quiere decir que no haya posibilidades. Tres representantes senior, Aritz Aranburu, Gony Zubizarreta [que fue campeón del mundo junior en 2002] y Jonathan González, están intentado alcanzar la máxima categoría, y dos de nuestros júniors, Luis Díaz y Ariane Ochoa, están logrando resultados. El primero, de hecho, acaba de ganar el US Open de su edad», asegura Lorenzo Chaves, gerente de la Federación Española.
Béisbol: Europa pierde poder olímpico por equipos
Era imposible organizar unos Juegos en Japón y dejar fuera a su deporte nacional: el béisbol. «Tienen una medalla asegurada y unos ingresos por taquilla previstos muy bestias», asegura Jordi Valles, director de la Federación Española, que reconoce la derrota europea en los centros de poder del Comité Olímpico Internacional. En una disciplina centrada en Norteamérica, el Caribe y Asia, el Viejo Continente sólo tendrá un representante y, así, es muy difícil que España consiga plaza: «Holanda e Italia han jugado los últimos años todas las finales del Europeo, pero estamos más cerca». Para intentar el milagro, además, deberá acometer múltiples nacionalizaciones, pues sólo tres de sus 24 jugadores son nacidos en el país (hay mayoría venezolana y varios cubanos y dominicanos). Como ocurrió en su anterior presencia olímpica (de 1992 a 2008), en categoría femenina, el deporte será sustituido por el sóftbol, que también necesita desarrollo en el país: «Las diferencias entre ambas disciplinas son que el campo es más pequeño, la pelota es más grande y se lanza de manera diferente».
Escalada: La mezcla de dificultad y rapidez perjudica
En realidad, España también es una potencia en escalada: entre otros muchos destacados, los hermanos Pou han ascendido paredes imposibles, Miquel Rierase llegó a inventar una modalidad (el psicobloque) pero la competición es otra cosa. «Por nuestro clima y nuestras montañas, nuestra escalada es natural, en roca, debemos tener sólo unas 200 salas en el país que son, más o menos, las que hay en Tokio ciudad», explica Lluís Giner, director técnico de la Federación Española, que admite el problema. El deporte cuenta con tres categorías, la dificultad (llegar lo más alto posible en un tiempo límite), el bloque (completar un circuito bajo, sin arnés) y la velocidad (alcanzar la cima lo más rápido posible), y aunque en las dos primeras la selección tiene representantes en la Copa del Mundo (Ramón Julián es vigésimo en dificultad), en la tercera no hay tradición. Y en los Juegos se unirán todas. «Se buscará al escalador más completo, se combinarán las tres modalidades y a nosotros eso no nos va bien, porque somos especialistas», comenta Giner.
Skate-board: Algo de los X Games para recuperar EEUU
Aunque su importancia en el resto del mundo es mínima, los X Games, el certamen anual de deportes extremos que organiza la ESPN desde 1995, alcanzaron en Estados Unidos una audiencia de 33 millones de espectadores y, por eso, el Comité Olímpico Internacional (COI) se decidió a actuar. Tras subrayar la falta de controles antidopaje en el evento como problema, empezó a preparar la incorporación de una de sus modalidades y ésta ya está aquí: si no hay sorpresa, el skateboard será olímpico. Siempre con jurado, probablemente sólo en su categoría street, que imita los trucos realizables sobre el mobiliario urbano, debutará en Tokio con presumible podio yankee. En el resto de países, como en España, la modalidad de competición apenas existe. «Aquí siempre hemos sido considerados unos vándalos. Ahora, como parte de la Federación de patinaje, llevamos un año trabajando para crear una estructura. Hay skateparks y hay skaters [como Danny León], pero sólo hay un recinto homologado para la competición [Skate Ágora, en Badalona] y falta formación», asume Roger Planas, director técnico de la Federación.
Fuente: http://www.elmundo.es/deportes/2016/08/03/57a1284be5fdea9f068b4583.html