"Lo que he aprendido del tubo" por Alexis de Anda @alexisdeonda

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“Lo que he aprendido del Tubo” #MEMORANDA

Por Alexis de Anda

 

Desde hace un rato quería probar las clases de pole dance porque tenía muchas ganas de ponerme en contacto con mi puta interior. Espero que, a estas alturas del partido, entiendan que mi uso de la palabra “puta” es muy amplio y a la ligera. Pero no miento cuando digo que al pensar en clases de tubo lo primero en lo que pensaba era en una teibolera en algún bar de mala muerte en Texas. Realmente tenía ganas de explorar esa parte más sexy y provocativa de mi persona porque últimamente me he enfocado mucho más en la parte mental (dígase: tratar de lograr que mis nueronas hagan sinápsis para escribir chistes y guiones y pendejadas en Twitter para que me den Fav y sienta que no estoy sola en este triste y miserable mundo).

Tenía muchas ganas de ponerme en contacto con esa parte putona que todas llevamos dentro. Ya que, en la mujer, la parte putona es como el sexo: unas la tienen más adentro que otras pero todas la tienen adentro en algún momento. Me puse a investigar tantito y fui a dar con Yoni Shakti, un estudio de pole dance creado por Johanna Lovera. Johanna es, sin pedos, la mujer más buena que he visto en mi vida. Y esa es toda la publicidad que yo necesitaba para aventarle mi dinero en la cara. Entonces entré a tomar mi primera clase de tubo hace un mes y fui a darme un putazo con el tubo y la realidad.

Hacer pole dance no es tan fácil cómo pensaba. Ni siquiera sé por qué pensaba que iba a ser fácil… Creo que porque nunca había visto a una verdadera bailarina treparse al tubo y agarrarse nada más con el empeine mientras gira boca abajo como volador de Papantla. El tubo es la cosa más dura a la que me he enfrentado en mi vida. Yo pensaba que sólo iba a ser girar y escurrirse como Nathalie Portman en Closer, pero no. En la primera clase me di cuenta de que todas las mujeres que van están buenísimas, hasta las señoras. Todas andan en shortsitos con media nagla de fuera y con una confianza que nunca esperas ver a las 9 de la mañana. El pole dance es uno de los mejores ejercicios para el cuerpo de las mujeres porque está diseñado para que te pongas más buena que Britney Spears en el 2000. Porque las teiboleras que más ganan son las que más buenas están, supongo. Es una práctica que trabaja todo el cuerpo y se necesita muchísima fuerza, flexibilidad y gracia para poder enfrentarse al tubo sin parecer un chango sin pelo.

Entonces, en mi primera clase, la maestra me enseñó a hacer un par de giros que medio me salieron y a los diez minutos ya estaba empapada en sudor como Carmencita Salinas subiendo unas escaleras. Me raspé un poco el brazo y me di un par de tallones en las piernas. La maestra me dijo que era normal porque iba empezando y que me iban a salir moretones hasta que mi piel se acostumbrara. Salí de mi clase súper prendida aunque al otro día no me podía ni subir los pantalones del dolor de brazos y traía unos moretones enormes. Entonces pensé ¿las profesionales han de tener la piel de la ingle como elefante o cómo hace uno callo? Sólo el tiempo dirá.

Así poco a poco he ido aprendiendo a darle al tubo. Es impresionante lo rápido que se puede avanzar. Yo sólo voy dos veces a la semana (y a veces en el antro también me da por practicar lo que aprendí en clase). En tres semanas de entrenamiento ya puedo hacer muchos giros distintos, escalar el tubo hasta arriba (cosa que jamás en mi vida creí posible por lo débil que soy de los brazos y lo pesada que soy de las nalgas) y ahora estoy aprendiendo a hacer un par de acrobacias. Me estoy poniendo más chida y estoy más en contacto con mi puta interior. Realmente sí es un ejercicio que te ayuda a sentirte muy mujer y es muy divertido. También haces un bonding buena onda con el resto de las mujeres que van porque es una actividad de puro “girl power”. Lo único negativo que tiene para mí hasta el momento es que ya no me caben más moretones en las piernas. Parezco parte del elenco de The Walking Dead… O adicta al krokodil. Mi maestra me dijo “ahora sí vas a sentir el rigor del tubo” y tenía toda la razón. Pero eso es porque apenas soy principiante y por mi pésima circulación. Por todo lo demás, si se quieren poner chidas y sentirse más sexys les recomiendo ampliamente las clases de pole dance.

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