No señor Hiriart. El gobierno no se enfila al Socialismo… desgraciadamente – Juan Pablo de Tavira

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No señor Hiriart. El gobierno no se enfila al Socialismo… desgraciadamente

Respuesta al artículo de opinión del periodista Pablo Hiriart titulado “El gobierno enfila hacia el Socialismo” publicado en El Financiero el 19 de mayo del 2020. 

Por Juan Pablo de Tavira

Escribo este artículo desde una profunda indignación. Y no es una indignación alimentada por la crítica hecha por Hiriart al presidente Andrés Manuel López Obrador a quien, concuerdo, hay mucho que criticarle en cuanto a la gestión del país, y lo digo desde una postura personal de izquierda, pero esto podremos dejarlo para otra ocasión. 

Por lo tanto, este artículo no tiene como objeto una defensa al gobierno del presidente en turno. Mi indignación viene de observar cómo una persona tan ignorante como el señor Hiriart puede tener el privilegio de publicar un artículo con tan mal fundamento y con tan tremenda confusión (deliberada o accidental) de conceptos como el socialismo, la lucha de clases y el marxismo en general.  

Podría pensarse que mi crítica es un simple Ad-Hominem (ya que enunciar las falacias formales está de moda en redes sociales). Una simple y falaz crítica al carácter del señor Hiriart y no al contenido de su columna que, irónicamente, se titula “Uso de Razón”. Pero no es así, no lo digo como insulto. Cuando digo que el señor Hiriart es un ignorante, lo digo con todo uso de razón, porque en su columna lo demuestra.

Hoy todos hablan de marxismo. Desde los memes triviales de mis congéneres millennials llamando a “tomar los medios de producción”, hasta personas como el señor Hiriart que lo cargan de toda clase de connotaciones negativas y erradas.

Recordemos el insípido debate entre el filósofo Slavoj Žižek y el psicólogo canadiense Jordan Peterson, quien quedó prácticamente humillado ante el eslavo cuando éste develó que Peterson (a pesar de centrar su crítica a la sociedad contemporánea, el feminismo y demás luchas políticas de identidad  en un llamado “marxismo cultural”), nunca había leído a Marx, incluso el mismo Peterson mencionó que solo había leído los primeros párrafos del Manifiesto comunista unas horas antes del debate en cuestión. A pesar de haber criticado al “marxismo” y a Marx durante gran parte de su carrera intelectual, sus debates y ponencias.

Todos hablan de marxismo, pero al parecer muy pocos leen a Marx. Incluso en las esferas de supuestos “intelectuales” y “expertos” como Peterson. Lo mismo sucede con el señor Hiriart. Quien parece haber pasado la carrera de ciencias políticas en ceguera total a pesar de presentarse ante el mundo como un “experto” en política y economía.

Yo mismo no me declaro un experto en Marx, aunque creo haber leído lo suficiente de él y de pensadores alineados al marxismo como Rosa Luxemburgo, Gramsci y contemporáneos como el geógrafo David Harvey, Dussel y el doctor en Economía Richard Wolff (por mencionar algunos) para poder extender una opinión más o menos fundamentada. Nunca me dignaría, como lo hace el periodista Pablo Hiriart a hablar de socialismo y marxismo con tanta autoridad para no tener que presentar ni una sola cita o referencia, ni una sola definición o análisis de conceptos fundamentados. Tampoco tengo el espacio y el tiempo en esta nota de profundizar en todas las propuestas e interpretaciones de Marx, por lo que sé que muchos, más sabios que yo, pesarán que mi nota es superflua. Lo acepto. No pretendo hacer una crítica profunda sino demostrar la precariedad del argumento del señor Hiriart. Así mismo, invito a todos los lectores a realmente leer antes de opinar.

Sin más preámbulo vayamos a la crítica puntal del contendido del artículo de Hiriart.

En sus primeros párrafos Hiriart hace la siguiente afirmación: “[El gobierno de López Obrador ha emprendido una huida hacia] “Un socialismo marxista, no democrático, que tiene a la lucha de clases como su motor fundamental.” En otro párrafo continúa: “Eso no es un socialismo democrático, sino un arrebato marxista.”Ambas frases son tan desacertadas que es difícil escoger dónde empezar la crítica. Pero comencemos por hablar del absurdo de afirmar que el marxismo puede ser “no democrático”. En unos párrafos más adelante Hiriart se refiere al Manifiesto comunista que, al parecer, no ha leído del todo, ya que en la sección “Proletarios y Comunistas”, Marx y Engels concluyen que: “El primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder, la conquista de la democracia.”(1)

Así mismo, Marx, en diferentes trabajos mencionaba que el Socialismo sería la expresión más profunda de la democracia. Desde su Crítica a la filosofía del derecho de Hegel y hasta su muerte, Marx defendió la democracia como una de las ideas esenciales del socialismo. Exponiendo que la democracia obrera se diferenciaba esencialmente de la democracia representativa burguesa en que ésta sería una democracia entre iguales y no controlada por una élite económica y política. Votar un par de veces al año entre un par de opciones que no tienen mucho que ofrecer y fondeados por élites económicas (lo que bien podría afirmarse que es lo que existe hoy en día).

En el panfleto La guerra civil en Francia (1871) inspirado en la experiencia de la Comuna de París, Marx escribió:

“En vez de decidir una vez cada tres o seis años qué miembros de la clase dominante habían de ‘representar’ al pueblo en el parlamento, el sufragio universal habría de servir al pueblo organizado en comunas, como el sufragio individual sirve a los patronos que buscan obreros y administradores para sus negocios.” (2)

La asociación de Karl Marx al totalitarismo político es falsa. Incluso el infame concepto de la “dictadura del proletariado”, comúnmente atribuido a Marx y Engels no era otra cosa que una forma de explicar irónicamente que una dictadura de la clase trabajadora sería en esencia un control democrático absoluto por parte de los trabajadores de la política y la economía. 

Esto se puede demostrar en los análisis sobre Marx de marxistas como Rosa Luxemburgo, quien rescató la idea original de democracia de Marx para criticar la postura de personajes como Lenin y Trotsky, en su texto “Sobre la revolución rusa” (1918):

“Sin sufragio universal, libertad de prensa, reunión sin restricciones y la batalla por la libre opinión, la vida en esas instituciones [de Lenin y Trotsky] se convertirá en un mero espectáculo y la burocracia será el único elemento activo.”(3)

Y concluiría:

“Es la tarea histórica del proletariado cuando tome el poder, reemplazar la democracia burguesa con la creación de la democracia socialista para no eliminar ningún tipo de democracia.” (3)

Los anteriores son apenas unos cuantos ejemplos en los que se muestra la cara democrática del marxismo, lo que el señor Hiriart sabría de haber investigado siquiera por encima el tema. Equiparar a Marx con el totalitarismo es una muestra de profunda ignorancia.

Ahora, revisemos otro concepto mencionado varias veces por el periodista: La lucha de clases.

En su texto, Hiriart expone el concepto de la lucha de clases como “la tesis principal marxista” y lo muestra como si se tratara de una guerra entre “pobres” y “ricos”. Así mismo, menciona que esta supuesta “lucha” ha “fracasado en todo el mundo”. 

Primero habría que aclarar que “la tesis principal del marxismo” no es la lucha de clases sino posiblemente el llamado Materialismo Histórico que podría definirse como el estudio del desarrollo de la sociedad humana a través de una metodología científica, el conjunto de premisas y características que explican los fenómenos históricos a través de la organización social y productiva. 

En el prólogo de Una contribución a la crítica de la economía política (1859), Marx escribiría lo siguiente: 

“…en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.” (4)

Por lo tanto, la lucha de clases sería una de las características sociales y de producción que darían píe al desarrollo histórico de la sociedad capitalista y Marx nunca se refirió a ésta como una guerra entre “ricos” y “pobres”. Para Marx, la lucha de clases no significaba un conflicto directo entre clases sociales o un llamado a batalla de “los de abajo” para derrocar a “los de arriba”, como infiere el señor Hiriart. Marx indica que la lucha de clases es una característica inherente a la sociedad capitalista. El constante conflicto que existe entre los intereses intrínsecos de cada clase social: por un lado, el interés de la clase capitalista de aumentar sus rendimientos de capital y por otro, el de la clase trabajadora de mejorar sus condiciones laborales y de vida. Y la “lucha” existe dado que ambos intereses están en constante tensión, como el juego de tirar la cuerda.

Un ejemplo es la fuga de capital hacia países o geografías donde los salarios son más bajos, lo que beneficia al capitalista, pero afecta a los trabajadores. O las diferentes demandas de la clase trabajadora por conseguir mejores salarios, derechos laborales y reducción de las jornadas de trabajo, muchas veces generando que los capitalistas decidan dejar de invertir al ver sus ganancias mermadas. 

Esas son las tensiones de clase que Marx argumenta que han sido “el motor de la historia”, puesto que son las generadoras de grandes cambios sociales: la aparición de los derechos laborales, la abolición del trabajo infantil y la mejora generalizada de las condiciones de vida de la clase trabajadora, aunque la tensión no desaparecerá mientras exista la sociedad capitalista, que se define por ser una sociedad clasista, que divide a la sociedad en clases sociales y económicas. 

La clase para Marx, por lo tanto, está determinada por la propiedad (y aquí la propiedad no se refiere a una casa o un cepillo de dientes, sino propiedad sobre el capital), no por los ingresos o el estatus social, los anteriores están determinados por la distribución y el consumo, que a su vez refleja las relaciones de producción y poder de las clases. La clase capitalista, la que posee el capital en propiedad privada, necesariamente aliena a la clase trabajadora del capital, por lo tanto, ésta solo tiene la opción de vender su fuerza de trabajo para sobrevivir en un mercado laboral. La clase es, por lo tanto, una relación teórica y formal entre individuos. Entre el que posee propiedad privada y necesita empleados para lucrar y el que necesita empleo y un salario para sobrevivir.

Las clases sociales para Marx no están técnicamente divididas entre “ricos”, “pobres” y “clase media”, sino entre personas que viven de la propiedad privada y de reproducir el capital (capitalistas o “burgueses”) y personas que viven de vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral para sobrevivir (proletariado). Por lo que pueden existir personas que, al trabajar para sobrevivir, reciban salarios altos y lleven una vida acomodada, lo que no los convierte en “capitalistas” o “burgueses”. (5)

Siendo así, “la lucha de clases” del señor Hiriart parece más un sensacionalismo amarillista que pretende espantar al lector usando terminología marxista sacada de contexto. El común y trillado “nos van a quitar nuestra casa”, “se van a ir los inversionistas” y el muy de moda “nos vamos a volver Venezuela”. Ya que hoy, al parecer, el único ejemplo de socialismo que existe para la derecha es donde el socialismo ha fracasado (por las razones que sean).

Por ello me gustaría concluir con una breve defensa del socialismo. 

Al igual que con el marxismo, todos piensan saber lo que quiere decir socialismo. Según he visto, las personas tienden a relacionar al socialismo con los siguientes factores:

1.     La ausencia de un “libre” mercado.

2.     Que el Estado (común y erróneamente llamado “gobierno”) controle la economía, ya sea por medio de empresas propiedad del mismo o a través de altos impuestos y regulaciones.

3.     La ausencia de propiedad privada —confundiendo propiedad privada con propiedad persona—, por ejemplo: tu casa, tu coche, tu computadora, tu cepillo de dientes, etc.

4.     El socialismo como escalón entre capitalismo y comunismo, donde el Estado es el intermediario encargado de la transformación controlando los medios de producción en nombre del proletariado, convirtiéndose asimismo en un Estado totalitario. 

Algunos de los factores anteriores pueden ser, en cierto sentido, correctamente atribuidos al socialismo. Aunque no definen ni constituyen todo lo que puede abarcar el término. 

Revisemos entonces la definición puntual de socialismo, según literatura especializada en Economía política:

El socialismo es una filosofía política, social y económica que abarca una gama de sistemas económicos y sociales caracterizados por la propiedad social de los medios de producción y  la autogestión de empresas por parte de los trabajadores. Incluye las teorías políticas y a los movimientos asociados con tales sistemas. (6)

La propiedad social puede ser pública, colectiva, cooperativa, o  de capital y/o acciones empresariales propiedad de los trabajadores. (7) Si bien ninguna definición única abarca todos los tipos de socialismo, la propiedad social es el elemento en común. 

Una consideración amplia y seria sobre el concepto de socialismo no se limita a que la economía debe estar en manos del Estado, ni a la ausencia del mercado. Esto último es seriamente debatido entre pensadores y teóricos socialistas como Erick Olin Wright, Richard Wolff, David Harvey y clásicos como Pierre Joseph Proudhon. 

Reducir el concepto a la propiedad estatal dejaría de lado, por ejemplo, la amplia tradición socialista del cooperativismo —empresas propiedad de sus trabajadores y gestionadas democráticamente por los mismos—, que es 100% socialista por definición (propiedad social) y hoy en día tiene fuerte influencia positiva en la economía global. Según diferentes estudios, las cooperativas y las empresas en propiedad colectiva y democrática alcanzan a tener mil millones de miembros a nivel mundial, significan 20 millones de millones de dólares en activos y generan ingresos a nivel global por 3 mil millones de dólares anuales (datos del 2014). (8) Esto es aproximadamente el producto interno bruto de Brasil y México juntos. Los países con mayor incidencia económica a través de cooperativas son Francia, Finlandia y Suiza y los países con mayores ingresos provenientes de cooperativas son Nueva Zelanda, Los Países Bajos, Francia, Finlandia y Luxemburgo.(8) Sin embargo, no veo a muchas personas acusando a estos países de ser “socialistas” porque no se parecen en nada a Venezuela; el monstruo comunisocialista con el que nos amenazan si nos portamos mal, es decir, si adoptamos prácticas de la izquierda. 

Tanto Marx como Engels veían con ojos positivos a las cooperativas de trabajadores, denotando que en ellas se mostraba la capacidad y efectividad de una economía de propiedad social: el socialismo en práctica.

En una carta a Otto Von Boenigk, Engels mencionaría: 

“Lo que nuestros trabajadores son capaces de hacer es confirmado por sus numerosas cooperativas de productores y consumidores que, cuando no son arruinadas deliberadamente por la policía, son igualmente efectivas y, honestamente, mejor administradas que las sociedades anónimas burguesas.”(9)

Marx elogió el movimiento cooperativo y, por lo tanto, refuta la suposición equivocada, pero ampliamente sostenida, de que Marx era enemigo del mercado y que rechazaba la cooperación como modo de producción, incluso durante un “período de transición hacia el comunismo”. (10)

El señor Hiriart pareciera elogiar a la democracia. Las cooperativas son la máxima expresión de la democracia, una democracia que no se limita a la esfera política; a votar entre un par de partidos, sino una democracia económica; el control democrático de las empresas. El socialismo sería, por lo tanto, la máxima expresión de la democracia.

Por eso, le digo al señor Hiriart: Ojalá México realmente se dirigiera a este tipo de socialismo. 

En lo personal considero, estando alineado a un socialismo libertario o un marxismo libertario, que el cooperativismo es un ejemplo práctico del socialismo. Aunque para otros el rol del Estado en la economía como gestor de la propiedad social es una expresión ideal del socialismo; y si lo vemos desde esa perspectiva y observamos la incidencia económica del sector público o las empresas de propiedad pública en la economía mundial, tenemos que los países con mayor número de empleados por el sector público son Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia (11) y los países con mayor número de empresas públicas son China, Emiratos Árabes Unidos y Rusia (12). Notablemente Noruega aparece también dentro esta lista con un impresionante 48% de empresas de propiedad estatal. Venezuela, curiosamente, no figura en estos datos. 

Dudo que personas como el señor Hiriart piensen que los países antes mencionados son socialistas (con excepción, tal vez, de Rusia o China), mucho menos “marxistas”. Yo tampoco, pero creo que demuestra que utilizar “socialismo” y “marxismo” como peyorativos solo muestra ignorancia o malicia. Utilizarlos para causar miedo entre población, escudándose y apelando a la ignorancia de los lectores es cobarde y anti profesional.

El señor Hiriart es todo menos un profesional. Tener sesgo ideológico es comprensible, todos lo tenemos. Lo que no puede excusarse es la ignorancia y el engaño. El señor Hiriart es claramente un ignorante que no sabe de lo que habla o un charlatán que apela a la ignorancia de su público para empujar su propia agenda política y basta con aclarar algunos de los conceptos que utiliza de forma falaz . 

Por lo tanto concluyo con una invitación a leer, a crear un criterio propio, pero con fundamento, fuera del miedo y el prejuicio. 

Vengan de donde vengan, derecha, izquierda, libertaria, autoritaria o “centro” (si es que existe tal cosa), los invito a leer a Marx. Al menos, él escribía mucho más bonito que Hiriart. 

Fuentes:

Artículo de Pablo Hiriart referenciado en diferentes ocasiones: 

Hiriart, P. (2020). El Gobierno Enfila Hacia El Socialismo. El Financiero. Disponible en:https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/el-gobierno-enfila-hacia-el-socialismo

1.     Marx, K. y Engels, F. (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm

2.     Marx, K. (1871) La guerra Civil en Francia. Dispoible en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm

3.     Luxemburgo, R. (1918). Sobre la revolución Rusa. Texto original en Ingles. Disponible en: https://www.rosalux.de/stiftung/historisches-zentrum/rosa-luxemburg/on-the-russian-revolution

4.     Marx, K. (1859). Contribución a la crítica de la Economía Política. Disponible en: https://web.archive.org/web/20180921024936/http://www.elsarbresdefahrenheit.net/documentos/obras/441/ficheros/Marx_Carlos_Contribucion_a_la_critica_de_la_economia_politica_.pdf

5.     Marx’s Theory of Social Class and Class Structure. Texo original en inglés. Dispobible en: http://uregina.ca/~gingrich/s28f99.htm

6.     Nove, A. (2008) “Socialism”. New Palgrave Dictionary of Economics, Second Edition 

7.     O’Hara, P (2003). Encyclopedia of Political Economy, Volumen 2. Página 71.

8.     United Nation’s Secretariat Department of Economic and Social Affairs Division for Social Policy and Development. (2014). Measuring the Size and Scope of the Cooperative Economy: Results of the 2014 Global Census on Co-operatives. Dispnible en:https://www.un.org/esa/socdev/documents/2014/coopsegm/grace.pdf

9.     Marx-Engels Correspondence 1890. Engels to Otto Von Boenigk In Bresla. Texto original en inglés. Disponible en: https://www.marxists.org/archive/marx/works/1890/letters/90_08_21.htm

10.  Josa, B. (2005). Marx, Marxism and the cooperative movement. Cambridge Journal of Economics, Vol. 29, No. 1. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/5208466_Marx_Marxism_and_the_cooperative_movement

11.  Coogan, T., 2020. Which Countries Have The Most Public Sector Workers? – The Sounding Line. [online] The Sounding Line. Disponible en: https://thesoundingline.com/countries-public-sector-workers/

12.  World Economic Forum. 2020. State-Owned Enterprises In The Global Economy. Disponible en: https://www.weforum.org/agenda/2013/05/state-owned-enterprises-in-the-global-economy/

Portada: “Karl Marx” Cecilia Vicuña (1972)



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