Vocabulary of Solitude

04.06.22 – 04.09.22

Ugo Rondinone (Brunnen, Suiza, 1964) es reconocido como una de las grandes voces de su generación, un artista que propone reflexiones mordaces sobre la naturaleza y la condición humana, al mismo tiempo que establece un vocabulario formal y orgánico en el que fusiona una gran variedad de tradiciones escultóricas y pictóricas. Su visión generosa y amplia de la naturaleza ha resultado en una extensa gama de objetos bidimensionales y tridimensionales, instalaciones, videos, y performances. Sus formas híbridas, inspiradas en fuentes antiguas y modernas, destilan patetismo y humor y apuntan a los problemas más apremiantes de nuestro tiempo, donde los logros modernistas y expresión arcaica se cruzan.

Su práctica desdobla la complejidad de fenómenos u objetos simples en apariencia como, el día y la noche, lo natural y lo artificial, la vulnerabilidad y la fuerza, dicotomías que están profundamente interrelacionadas y que funcionan como principios organizadores de su trabajo. rondinone explora aspectos de la experiencia y la percepción humana que están ligados a las sensaciones que intuitiva o culturalmente asignamos a estas distinciones. En su obra, los símbolos y las construcciones culturales, las imágenes y palabras que se abren camino entre los sistemas de comunicación, latitudes y momentos históricos, son dispositivos que rondinone analiza y utiliza constantemente, valiéndose de la capacidad que cada persona tiene de responder a ellos desde un lugar visceral y primario.

El arcoíris –un fenómeno natural, testimonio de las leyes físicas de la composición y el comportamiento de la luz– es también un símbolo con un amplio bagaje cultural y religioso, que el artista usa para aludir a la capacidad lúdica de las infancias de imaginar ambientes, o por sus asociaciones con la comunidad LGTB+. rondinone hace uso de otros símbolos como el rayo, la nube, el sol, el cuerpo humano, la piedra o el árbol, todos ellos elementos presentes en el imaginario visual de distintas culturas desde tiempos prehistóricos hasta el presente, con los que juega por su riqueza metafórica y su capacidad de establecer conexiones con diferentes públicos. Al margen de la amplitud de significado de estos elementos, el artista cree en el poder transformador del arte y afirma: “como un cronista, registro el universo viviente: esta estación, este día, esta hora, este sonido en la hierba, esta ola rompiendo, esta puesta de sol, este final del día, este silencio”.

Curaduría: Humberto Moro

Asistente curatorial: Lena Solà Nogué

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