Federico García Lorca por @rafaborbolla

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FEDERICO GARCIA LORCA
Rafael Martínez de la Borbolla   @rafaborbolla
 
“El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida.” Federico García Lorca.
 
El 5 de julio de 1898 vio la luz en Fuente Vaqueros, pueblo andaluz de la vega granadina Federico García Lorca, el dramaturgo y poeta español más leído de todos los tiempos, hijo de una prospera familia de hacendados durante su infancia conoció la poesía a través de su maestro Antonio Rodríguez Espinoza, quien tendrá una fuerte influencia en la formación del poeta. Fue un pequeño delicado y enfermizo, teniendo a lo largo de su vida problemas para caminar, creció en un ambiente protegido por sus padres.
 
Federico hizo su bachillerato en Granada, en el Colegio del Sagrado Corazón, siendo la música su primera vocación, estudió piano y guitarra, con tanto éxito que pronto estaba ofreciendo conciertos privados en el Centro Artístico de Granada. Como resultado de su nueva vida experimentó una sensación de ruptura con aquel pasado en el campo, que lo impacto en su narrativa de vida, y desde el umbral de la adolescencia, exclamó: “Hoy de niño campesino me he convertido en señorito de ciudad […] Los niños de mi escuela son hoy trabajadores del campo y cuando me ven casi no se atreven a tocarme con sus manazas sucias y de piedra por el trabajo. ¿Por qué no corréis a estrechar mi mano con fuerza? ¿Creéis que la ciudad me ha cambiado? No… Vuestras manos son más sanas que las mías. Vuestros corazones son más puros que el mío. Vuestras almas de sufrimiento y de trabajo son más altas que mi alma. Yo soy el que debiera estar cohibido ante vuestra grandeza y humildad. Estrechad, estrechad mi mano pecadora para que se santifique entre las vuestras de trabajo y castidad”.
 
Un año después de la publicación de su primer libro “Impresiones y Paisajes”, que no se vendió en absoluto, a los 21 años se trasladó a Madrid para estudiar filosofía y letras en la Residencia de Estudiantes, centro intelectual de la época, entablando amistad con Luis Buñuel, Rafael Alberti y Salvador Dalí a quien en 1926 le escribiría “Oda a Salvador Dalí”. En esa época es presentado a Juan Ramón Jiménez quien se convirtió en su mentor, invitándolo a colaborar en su recién fundada Revista “Indice”, para que a partir del segundo número los poemas de Lorca, apadrinados por tan prestigioso nombre, fueran acogidos favorablemente por la critica. En 1921 publica su primer éxito “El Libro de Poemas” donde en un tono irónico y vehemente registra los mundos de introspección del joven poeta con plasticidad metafórica y desgarrado acento elegíaco. En 1925 termina su obra teatral “Mariana Pineda” y dos años más tarde su libro “Canciones.”
Ya como parte de la generación del 27, que surge del aniversario luctuoso a Don Luis de Gongora que desemboca en una revolución artistica donde el poeta tiene una destacada participación, a finales de 1928 caé en una crisis existencial derivada de su preferencia sexual que le genera angustia y decide salir del país. Viajará a Nueva York motivado por su amigo Fernando de los Ríos para estudiar en la Columbia University. En esta etapa se reinventará y aceptará, el poeta perfecciona su estilo y escribirá uno de sus libros más conocidos: “Poeta en Nueva York”, una severa critica poética a la modernidad y la estructura social, ademas de “La zapatera prodigiosa”, farsa graciosa de teatro burlesco. Simpatizante de la España Republicana regresa a su convulsionada patria, entablará una entrañable amistad con Pablo Neruda quien fungia como cónsul de Chile en Madrid, en los años 1935 y 1936 escribirá “Sonetos del amor oscuro”, que tardarán muchos años en publicarse, y sus obras teatrales más conocidas: “Yerma” simbolo exquisito del instinto maternal, “Doña Rosita la soltera” melancólica comedia de una mujer que ve consumir su vida en un noviazgo que no se define y “La casa de Bernarda Alba” escenario minúsculo de la dictadura en un hogar donde en nombre de la moral y de la honra se cometen los mayores atropellos. Amante de la fiesta brava en 1935 escribe el poema “Llanto por la muerte de Ignacio Sanchez Mejia”.
Lorca domina la fantasía, introduciendo las imágenes del ambiente en el ámbito simbólico, perfeccionadas al ser elevadas a nivel terrenal. Toda su poesía está estructurada sobre un cosmos muy ramificado de distintos colores y graves matices; una constante combinación de símbolos de significado mítico. Todo lo que toca adquiere ritmo, musicalidad, embrujo. Gongorismo, vanguardismo y populismo se abrazaban en Lorca en una poética original y única, fundiendo la poesía culta con la popular, la tradición y la modernidad. Ahí esta para siempre el testimonio de su poesía original y ahí queda su teatro proclamando el genio dramático que lo animó.
Justicia y Libertad es lo único que persigue, son los principios que lo motivan. El compromiso social que demostró en vida queda plasmado en su obra, resucitándonos como redentor embrujo, nos retrata con formas cambiantes a esos seres marginados y sometidos a una fuerza superior y aplastante: es la indefensión y la impotencia, impregnadas de poesía. En su temática destaca un elemento: la frustración; es un poeta de mitos, su poesía es escencialmente metafórica. Detrás de su apariencia folclorica y popular, esta revela la tragedia de un ser atormentado por su condición humana, que ve y le duele lo que por el desinteres y comodidad de los otros pasa desapercivido. Lorca opondrá siempre su instinto, su condicion personal, a los convencionalismos sociales, pretende desvelar la naturaleza creadora del amor como fuerza que lleva al cambio y la metamorfosis.
En “Diálogos de un caricaturista salvaje” Lorca se define y retrata: “La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces de no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado por nacer, no me preocupo por morir. Escucho a la naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno. Se que la poesía eleva, y, siendo bueno, con el asno y con el filósofo creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme con él. Pero el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.”
Días antes de estallar la guerra civil española, Lorca había decidido aceptar la invitación de Margarita Xirgu para viajar a México pero quería hacerlo con el joven Juan Ramírez de Lucas, un estudiante de 19 años, que soñaba con ser actor. La complicidad era mutua pero necesitaban la aprobación del padre del muchacho, un afamado médico albaceteño. El poeta había cumplido 38 años pero a su amante le faltaban dos para alcanzar la mayoría de edad. Podrían haberse fugado. Seguramente Lorca tenía los contactos necesarios para que pudieran salir de España con papeles falsificados pero se negó a hacerlo. Ramírez de Lucas debía tener la aprobación de su familia para marcharse juntos: “Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes tú sin necesidad de decírtelo pero con silencio y entre líneas tú debes leer todo el cariño que te tengo y toda la ternura que almacena mi corazón”, le escribió el poeta, esta demora lo conducirá a un dramático final.
 
Federico, tan famoso como carismático, se encontraba en la cumbre de su fama. “Bodas de sangre” cuyo tema es el amor irremediable, que exige el sacrificio de la vida, alcanzando en esta tragedia el carácter clásico de un ritual, era la obra de teatro con mayor éxito en la historia de España y estaba siendo traducida a otros idiomas, pero para los Franquistas solo importa su fama de rojo, ateo y homosexual. Al conocer del levantamiento militar sale de Madrid rumbo a Granada, creyendo ahí estará seguro, la suerte está en su contra pues la ciudad cae en manos de los Nacionalistas a los tres días del golpe, casualidad o destino por sí solo se ha dirigido al matadero, su cuñado, el alcalde socialista de la ciudad, Fernández Montesinos, es arrestado el 20 de julio en el Ayuntamiento el mismo día en que ocuparon los militares la ciudad y fusilado el 16 de agosto, fecha en que es detenido el poeta gracias a un delator envidioso de su éxito en la casa de amistades en donde se escondía, por un grupo de la falange fuertemente armado; el genial y frágil hombre solo pudo alcanzar a susurrar: “Esto es un error… un abominable error”.
 
Familiares y amigos hacen desesperados intentos por salvar su vida, por el estado de guerra toda comunicación civil con el mundo exterior esta cortada, Queipo de Llano, gobernador militar de Andalucía, fue informado del arresto que se acababa de llevar a cabo. “¡Que le den café!” fue su respuesta. Como la maldad no necesita razones bastándole solo un pretexto, la madrugada del 18 de agosto de 1936 es fusilado “por rojo y por maricón” de una manera por demás sádica y cruel, acto que perseguirá como rabia hasta los últimos días al régimen de Franco, un fin no merecido para alguien cuyo único pecado fue brillar, defender a los que eran invisibles para el resto y entender que la falta de amor y empatía son la mayor de todas las pobrezas, enterrando sus restos en una fosa común y donde hasta la fecha siguen pues no existe dato exacto de su ubicación. Las dictaduras siempre han odiado a los poetas.
 
 

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