#Memoranda la columna semanal de Alexis de Anda #HelloDF: "Mi cuerpo es mi templo" @alexisdeonda

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MI CUERPO ES MI TEMPLO

“Mi cuerpo es mi templo. Bueno, más bien es como

mi altar de muertos lleno de comida y mezcal.”

– Yo antes de enfermarme horrible

Estar enfermo te da mucho tiempo para pensar. Principalmente en lo culero que es estar enfermo. Creo que a veces subestimamos a nuestro pobre cuerpecito y todo lo que nos aguanta. El cuerpo aguanta todas las chingas que le ponemos: el estrés del trabajo, las dietas raras que hacemos, las fiestas interminables, el poco sueño, la ansiedad de saber que nada tiene sentido y todos vamos a morir solos… En fin. Nuestro cuerpo nos quiere aunque a veces parece que nosotros a él no tanto. Ahora me tocó darme un putazo con la cruda realidad de que no soy invencible y que, ¡no, por favor no!, estoy envejeciendo.

He llegado a ese punto en mi vida en el que mi cuerpo me está pidiendo a gritos: “¡Cuídame, culera! ¡Yo llevo veintisiete años haciéndote el paro!”. Y tiene razón. He tenido veintisiete años de buena salud y, en gran parte, me he cuidado bastante. Pero con los años y los compromisos sociales se me ha hecho más divertido tomar mezcal que tomar té de jengibre y salir a bailar hasta las cinco de la mañana en vez de despertarme temprano para ir a correr o a clase de yoga. Y siempre me he jactado de ser una tomadora de whisky profesional y amante de la fiesta ante todo pero, ahora sí, mi propio cuerpo me puso un alto. Eso no significa que vaya a dejar de salir y divertirme como siempre lo he hecho. No puedo. Está en mi naturaleza. Tengo sangre escocesa después de todo. Pero creo que puedo hacer un esfuerzo por enfocarme a otros aspectos de mi vida además de la fiesta y el desmadre. No quiero ser una de esas forevers que se quedan en la fiesta cuando toda su generación ya siguió adelante con sus vidas. Y no creo que sea una de esas forevers. Pero espero que ustedes tampoco lo sean.

Me ha tocado observar y ser parte de un grupo social que vive para la fiesta. Todas las fotos en Facebook son fotos de la peda, todas las invitaciones son a revens y enaltecemos, como si fuera una virtud, la capacidad de ponernos hasta nuestra madre. Hasta parece que en las fotos se esfuerzan por verse más hasta el pito de lo que realmente están. ¿Cuál es el punto de eso? Eso no te hace más cool. Te hace patético.

Y claro que todos estos comportamientos tienen una explicación. Y claro que es normal en los chavos querer llenar el vacío de no saber quiénes son, ni para qué chingados sirven, ni qué realmente les gusta porque Instagram los ha convencido de que si no escuchan discos de vinilo y se visten de negro entonces son unos idiotas sin personalidad (¡Ah, la ironía!). Por supuesto que todos pasamos por estas ansiedades y cada quién las canaliza como puede, pero se nos está olvidando que nuestra salud física, mental y emocional están en juego.

Ahora, ¿de qué otra forma puedo llenar este oscuro, oscuro vacío si no es poniéndome hasta el huevo, Doctora Alexis? Pues yo qué sé, pero está dentro de cada uno encontrar la forma. Por lo pronto yo pienso dedicarme a leer y escribir más, levantar proyectos que me emocionen, trabajar en mi relación con mi novio que ya anda bastante golpeada y necesita un buen mantenimiento, pasar más tiempo con mi familia, hacer cosas chidas con mis amigos que no involucren estar borrachos y agradecerle a mi cuerpo cada segundo de salud que me da. Porque la salud es como la pareja, no sabes cuánto la quieres hasta que la pierdes. Así que, llámenme tía si quieren, pero espero que esto les sirva de algo para que puedan ser más felices y cuando tengan cincuenta no sean el chavorruco borracho en el antro haciendo el oso.



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